Aquona lanza una campaña de concienciación sobre los problemas que producen en las redes de saneamiento las mascarillas, bastoncitos y toallitas

#NoSonProblemitas es el eslogan de la nueva campaña que Aquona ha lanzado para concienciar a los ciudadanos de Castilla-La Mancha y Castilla y León sobre los graves daños que ocasionan los residuos sólidos desechados incorrectamente por el inodoro.

En el marco de la Semana Europea de Prevención de Residuos, la empresa da luz verde a esta iniciativa que centrará su difusión en canales digitales y en su perfil de twitter @InfoAquona, a través de un spot y diversos recursos gráficos, la cual pretende hacer consciente a la población no sólo del coste económico de los problemas derivados del uso del váter como papelera sino también de los medioambientales, ya que esos residuos pueden acabar llegando a los ríos y mares, entrando en la cadena alimenticia de la que todos formamos parte.  Por ello, se hace un llamamiento a la población que eche las toallitas, compresas, bastoncitos, mascarillas y demás productos no degradables siempre al contenedor. 

La popularización de diversos artículos desechables de higiene personal, como las toallitas, los bastoncitos, los tampones, las mascarillas o las compresas han revelado un problema al que a diario se enfrentan ciudades y servicios de limpieza de todo el mundo. Y es que un porcentaje apreciable de la ciudadanía se deshace de este tipo de artículos empleando el inodoro, lo que acaba ocasionando problemas de diverso tipo.

Por un lado, los sistemas de alcantarillado y depuración de las ciudades y municipios sufren constantes atascos, dado que este tipo de artículos no están diseñados para deshacerse en contacto con el agua. Dichos atascos derivan tanto en un detrimento del servicio como en el aumento de los costes de mantenimiento de la red. Es este un problema que, según señala AEAS (Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamientos), genera un sobrecoste total superior a 230 millones en nuestro país. 

#NoSonProblemitas contrasta la magnitud del daño generado por este tipo de artículos desechables con los diminutivos que utilizamos habitualmente para denominarlos. Hablamos de “toallitas” o “bastoncillos”, pero pocas veces somos conscientes del impacto que puede tener su mal uso. Problemas que están muy lejos de ser pequeños.