Hoy, 24 de octubre, celebramos el Día Internacional contra el Cambio Climático
Mientras el mundo lucha contra una pandemia desconocida, tenemos diez años por delante, hasta 2030, para poder combatir los efectos del cambio climático y evitar daños irrecuperables para la biodiversidad del planeta.
Hoy, 24 de octubre, celebramos el Día Internacional contra el Cambio Climático, una llamada de atención para evitar un futuro en el que los seres humanos pueden verse obligados de nuevo a refugiarse en sus hogares, pero esta vez porque las temperaturas exteriores sean glaciales o, por el contrario, propias de climas desérticos; o porque las ciudades se vean azotadas por continuadas inundaciones o sequías. Pero no hay que viajar en el tiempo para descubrir que, en la actualidad, más del 90% de los niños del mundo respiran a diario aire contaminado.
El agua, en el centro de la lucha contra el cambio climático.
Todos los signos apuntan en la misma dirección: tenemos que reinventarnos y volver a imaginar el futuro. El Pacto Verde Europeo (European Green Deal) es la nueva estrategia de crecimiento para que Europa sea el primer continente climáticamente neutro en 2050, lo que requiere no sólo reducir las emisiones causantes del calentamiento global, sino también apostar por una economía circular impulsada por energías renovables y por un nuevo papel protagonista para los recursos hídricos.
Por su parte, el Plan de Reconstrucción de la Unión Europea –conocido como Next Generation EU— prevé paliar los efectos de la pandemia mediante nuevos fondos dirigidos a la salud, la transición ecológica y la digitalización. En materia de salud, la preservación de la calidad del agua, su depuración y la monitorización de las aguas para detectar y cuantificar la presencia del virus son vitales. La transición ecológica, por su parte, requiere extender el uso de la reutilización del agua e invertir más en la adecuación de las infraestructuras, potenciando a su vez la recuperación de los residuos como nuevos recursos en un continente falto de materias primas. La digitalización presenta oportunidades de innovación y creación de empleo mediante la aplicación del big data al sector del agua y a la gestión inteligente de las ciudades.
Se estima que en 2030 el 47% de la población mundial vivirá en área con estrés hídrico. El planeta tendrá 9.700 millones de habitantes en 2050 (un 70% de ellos alojados en ciudades), que consumirán un 40% más de agua, y un 50% más de alimentos y energía.
Aquona, impulsor de la economía circular.
Aquona, de la mano del Grupo Suez en España al que pertenece, es una firme aliada de las administraciones, la industria y los ciudadanos en la lucha para mitigar los efectos de la crisis climática. La compañía moviliza esfuerzos para realizar una transición ambiental que requiere del desarrollo de modelos de economía circular y de la innovación para anticiparse a las exigencias del futuro.
La estrategia climática de Aquona está alineada con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, y se adhiere al objetivo global de evitar que la temperatura global del planeta aumente más de 1,5 grados Celsius. En España, el compromiso del grupo con el desarrollo sostenible (REWater Global Plan 2017-2021) incluye alcanzar el próximo año una reducción del 90% las emisiones de CO2 derivadas del consumo eléctrico.
La pandemia de la COVID-19 ha mostrado que la naturaleza y la biodiversidad juegan un papel protector. La salud y la calidad de vida de los seres vivos dependen de la salud del planeta. Por ello, Aquona ofrece a las administraciones soluciones basadas en la naturaleza, con iniciativas vinculadas a la protección de la biodiversidad y a la preservación de los recursos.
Por otro lado, Suez En España está transformado sus principales plantas de tratamiento de agua en biofactorías, que revalorizan todos los residuos, logran la autosuficiencia energética y no tienen ningún impacto en el medio ambiente. En este campo, la estación depuradora de aguas residuales de Palencia está en proceso de convertirse en una de ellas, alcanzando actualmente un nivel de autosuficiencia energética del 50 %.